El viernes conté un cuento nuevo... y ¡qué bonito! El hombre de agua, de la editorial Kalandraka (Ivo Rosati). Nos gustó mucho, tanto, tanto... que no nos importó contarlo dos veces.
Así empieza este cuento maravilloso:
Alguien había dejado el grifo abierto. Pero el dueño de la casa nunca volvió;
quién sabe dónde había ido a parar. Cuentan que quizá se hubiera marchado
a las islas Fiyi, o que tal vez saliera en busca de fortuna hasta las minas
de oro azul, allá por África. Al final, sucedió que el agua, de tanto acumularse,
rebosar y desparramarse por todas partes, hizo nacer un hombre:
un hombre alto, azul, transparente y cristalino. Un hombre de agua.
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